julio 26, 2010

FICHEROS DE MOROSOS, EL INICIO DEL COMPROMISO

Walter Scott dijo en su momento que "el que sube una escalera debe empezar por el primer peldaño". La complejidad que conlleva la gestión de la morosidad que afecta a nuestras empresas hace que la escalera sea larga, con mucha pendiente y con un número de escalones cuyo final no vemos pero aún así no podemos esperar más para subir el primer peldaño.

Muchos son los aspectos circunstanciales que pueden permitirnos gestionar la morosidad, no son simples en su tratamiento pero algunos y gracias a herramientas tecnológicas quizás son más accesibles que otros, como son los ficheros telemáticos de morosos.

Un fichero telemático de morosidad es una herramienta tecnológica accesible para cualquier empresa que permite, siguiendo unos preceptos de seriedad, profesionalidad y seguridad legal y tecnológica, generar una base de datos de empresas que incurren en mora de forma que las empresas afectadas puedan consultar de forma ágil si un cliente potencial es moroso o no en el momento de iniciar una relación comercial o de mantener la existente.

La variedad morfológica de ficheros es múltiple dependiendo de las necesidades pero si hablamos de un modelo genérico hacemos referencia a un fichero multisectorial de ámbito nacional, una base de datos en la que se relacionan empresas de varios sectores de negocio y cuyo ámbito abarque todo el territorio nacional. Este modelo de fichero, sobre todo en localizaciones donde la insularidad y estacionalidad hacen que las empresas no sólo se provean de productos autóctonos sino que tengan necesidad de acudir a empresas de fuera del archipiélago, se perfila como un modelo necesario para perfilar un entorno de negocio con garantía.

La idea es disponer de un modelo conceptual que nos permita saber a quién estamos vendiendo o a quién vamos a vender de forma que podamos asegurarnos, de base, un conocimiento cierto sobre la fiabilidad de esa empresa ya que lo que perseguimos es proteger la fiabilidad de la nuestra.

Con el fichero inventariamos las empresas que son morosas de forma cierta. Evidentemente la información que se gestiona en estos ficheros no puede ser tratada como pública por ello su custodia y consulta deben respetar una serie de preceptos legales y técnicos que aseguren su validez funcional. En realidad, para saber si debemos vender a un posible cliente lo que verdaderamente necesitamos conocer es, por este orden, si debe dinero a alguien o no y si así es qué cantidad debe, ya que aspectos como a quién se lo debe no es tan vinculante para tomar una decisión coherente con nuestros intereses.

Es importante destacar que para incorporarnos como empresa a estos ficheros y poder introducir a nuestros morosos debemos incluir también si nosotros lo somos, hecho que por sí mismo genera problemas de activación de este tipo de herramientas y retrasa en el tiempo su desarrollo y crecimiento, pero que apelan a la lógica de negocio y que todos debemos entender como coherentes. La valentía empresarial es la esencia de la correcta gestión de la morosidad.

Y no olvidemos el compromiso, si todos los que sufrimos aunamos esfuerzos estos ficheros crecerán rápidamente y anticiparemos en el tiempo una herramienta que nos oriente en estos momentos de incertidumbre, pero no debemos perder nunca de vista la omisión de compromiso por parte de elementos del sector que, bajo riesgo cierto de problemas, venden a los morosos que sistemáticamente van siendo apartados del mercado, ya que esa es una fuente de reactivación de la morosidad.


julio 13, 2010

NUEVA LEY SOBRE MOROSIDAD

El pasado miércoles 7 de Julio entró en vigor la Ley 15/2010, de 5 de Julio, de modificación de la Ley 3/2004, de 29 de Diciembre, por la que se establecen medidas de lucha contra la morosidad en las operaciones comerciales. Esto significa que no es una nueva Ley sino que se ha modificado la existente hasta el momento fechada en 2004.

Como en todas las modificaciones de leyes previas hay novedades interesantes consecuencia del análisis de los años de ejercicio de la Ley anterior, siempre consideradas positivas pero siempre con el agravante del tiempo que precisamente es de lo que no disponemos cuando arrastramos morosidad.

Como puntos importantes podemos destacar la supresión de la posibilidad del "pacto entre las partes", evitando así la presión de negocio, o así debería ser, situación que ha conducido a nuestro país a los niveles de distensión en los días de pago más allá de la fecha estipulada para los mismos. Este punto perjudicaba especialmente a la PYME.

Otro eje sobre el que pivota la Ley es establecer 60 días como plazo máximo de pago interempresarial y 30 días como plazo para el sector público. El inconveniente de ambas situaciones es que queda establecido por Ley un periodo transitorio que culminará el 1 de Enero de 2013 lo que coloca el escenario de eficiencia a 29 meses vista, es decir, casi dos años y medio, alejamiento que no beneficia en nada la compleja situación actual y la perspectiva de crecimiento de la misma que tenemos para 2011. Existe también tipificación sobre periodos de pago para alimentos frescos y perecederos y el resto de productos alimentarios, situada en 30 días los primeros y en 60 días los segundos.

En caso de mora reconocida y cobro de intereses estos no podrán superar, en ningún caso, el 15% de la cuantía de la deuda excepto en deudas inferiores a 30.000€ en las que el límite estará constituido por el importe de la deuda de que se trate. No parece muy indicado intentar cobrar intereses de demora cuando la deuda real no se cobra, pero si no hacemos acopio de valor empresarial y estructuramos nuestra gestión de morosidad de forma óptima apoyados en las garantías legales de esta Ley, seguiremos siendo fagocitados por los que no pagan.

Y como detalle final pero muy vinculante hay que tener claro que la recepción de facturas por medios electrónicos producirá los efectos de inicio del cómputo de plazo de pago siempre que se encuentre garantizada la identidad y autenticidad del firmante, la integridad de la factura y la recepción por el interesado. En pocas palabras, tendremos que buscar una alternativa válida al famoso envío de facturas en PDF por correo electrónico si queremos controlar nosotros el inicio del plazo de pago, vital para determinar la morosidad.

Como vemos poco a poco se va puliendo el marco legal, falta sólo que las empresas nos pongamos el mono de trabajo y que se empiecen a cumplir los plazos hasta llegar a 2013.

julio 07, 2010

LIDERAMOS EL RIESGO EN MOROSIDAD

La morosidad se está convirtiendo sin duda en un indicador de la salud no sólo del tejido empresarial sino de las comunidades autónomas en sí. El hecho de ser una comunidad con elevada morosidad es preocupante pero estar posicionados como comunidad con elevado riesgo de crecimiento es más preocupante aún.

La escasa capacidad de reacción de las empresas frente a la morosidad donde prevalece el "si no pago no pasa nada" hace que la temperatura del ambiente mantenga en óptimas condiciones el caldo de cultivo de la morosidad.

Según el informe de Iberinform y lamentablemente para nosotros y nuestras empresas, Baleares lidera este 2010 y con tendencia de crecimiento hacia 2011 el porcentaje de empresas en riesgo de morosidad muy por encima de la media nacional, lo que se añadido a nuestra tan citada insularidad y estacionalidad nos coloca en un importante quebranto socio-económico.

Si observamos el gráfico adjunto podemos apreciar lo preocupante de la situación, no sólo por liderar este dramático ranking ni por estar muy encima de la media nacional, lo que de por sí es preocupante en extremo, sino por las derivadas de dicho estudio ya que los datos están proyectados a 2011 lo que debería generarnos enorme preocupación.

Vistas las premisas debemos adquirir conciencia colectiva sobre la lucha contra la morosidad, pero esta vez desde la proactividad y la activación de acciones paliativas ciertas para intentar aplacar estas estadísticas que nos acucian.

Hemos llegado al momento crítico de abandonar quejas solemnes por la morosidad que azota nuestras empresas y trabajar para luchar contra ella, porque la morosidad que ahora nos afecta se incrementará desconociendo si el incremento afectará a empresas que ya la sufren agravando su situación o actuará sobre empresas que no han tenido morosidad hasta el momento, lo que ratificaría las estadísticas vistas.

Echando un último vistazo al gráfico adjunto vemos de modo gráfico que toda la zona de Levante seguirá siendo azotada por la morosidad mientras nos dirigimos inexorablemente hacia 2011. Y allí estamos nosotros, pintados de azul.

Obvia comentar que la búsqueda de una salida pasa por ser exhaustivos en el análisis de nuestra morosidad, drásticos en la detección y aviso preventivo sobre las empresas de nuestro sector que favorecen la morosidad o simplemente no la detienen e implacables con los que no pagan. Nuestro futuro depende de ello.

julio 01, 2010

ES POSIBLE SEMEJANTE DESCONTROL?

Las personas debemos ser conscientes de nuestros actos y coherentes con sus consecuencias cuando evaluamos un suceso en el que nos vemos involucrados.

Cuando sufrimos un quebranto solemos tener una gran facilidad para dar la culpa a algo o a alguien que minimice la afección que ese quebranto nos produce. Es una acción de autodefensa que no podemos evitar, pero cuando evaluamos con calma la situación es cuando nos vienen los miedos.

La morosidad es una lacra que se ha establecido de forma permanente en el tejido empresarial de nuestra sociedad pero si hubiera que diseñar una balanza estamos seguros de poder colocar los pesos que toca en los platillos?.

Si intentamos ser serios con nosotros mismos y vemos con atención el gráfico anexo, somos capaces de encontrar una explicación coherente a que seamos el último país de Europa en plazo medio de pago en 2009?.

Decimos el último porque por detrás sólo tenemos un país que está en quiebra técnica y quizás puede ser menos traumático para nosotros considerarnos los últimos que acercarnos a Grecia.

Lo que sí detectamos y se refleja en el gráfico es que la emocionalidad de los países mediterráneos provoca que las relaciones mercantiles sucumban tal vez demasiado a consideraciones personales que a la hora de la venta nos parecen esenciales porque siempre han sido así pero que a la hora del cobro se convierten en impedimentos para que éste se haga efectivo en tiempo y forma. Los que son amigos, familiares, conocidos, buenos clientes y demás se comportan así cuando no pueden pagarnos?, nos devuelven el aprecio que les hemos dispensado a la hora de proveerles?.

Todo somos conscientes que es importante no perder un cliente, pero qué es más importante, perder un cliente que no nos paga y al cuál tengo que cambiarle las reglas de negocio por no confiar en su solidez financiera con la duda siempre presente o sufrir los costes de mantener a ese cliente como moroso?.